La comprensión sobre las Altas Capacidades está construida en gran medida a partir de pre-juicios y estereotipos. Bastaría con hacer una búsqueda en la red para comprobarlo en la información que simbólicamente comunican las imágenes relacionadas con la búsqueda.
Esta comprensión basada en juicios previos y en atributos asignados de antemano condiciona lo que buscamos encontrar a la hora de identificar algunos indicios que nos lleven a identificar Altas Capacidades en niños, niñas y jóvenes.
Desde una mirada simplificada de las Altas Capacidades probablemente nos interrogaríamos sobre el tema únicamente desde la consecución de determinados resultados, la manifestación de determinadas evidencias, y probablemente a partir de un inesperado diagnóstico o sospecha (por los motivos que fueran) nos llevaría a expresar nuestra extrañeza en forma de un “¡Yo no lo veo!” o un “¿Eso cómo va a ser si ha suspendido dos asignaturas?”.
En consecuencia debemos saber qué mirar o qué esperar en el caso de que estas Altas capacidades se expresen desde un modelo comprensivo que refiera a toda su complejidad y toda su diversidad dentro de la diversidad. Porque lo cierto es que las Altas Capacidades se expresan a veces desde edad temprana y a lo largo del proceso evolutivo de los sujetos.
Cuánto tiempo y cuánto bienestar ganaríamos si no esperáramos encontrar a chicos y chicas con birretes y bombillas suspendidas sobre sus cabezas o que pasan sus horas buscando una solución a los más remotos e intrincados problemas de la física o las matemáticas.
Porque si buscamos o esperamos con referencia a un modelo comprensivo no pertinente nos pasarán como desapercibidos una gran cantidad de niños, niñas y adolescentes y desconfiaremos o negaremos que determinadas personas tengan unas necesidades específicas de acompañamiento educativo y, lo que es de una extraordinaria importancia, obviaremos la trascendencia de considerar la dimensión socioemocional de los sujetos con Altas Capacidades para buscar un desarrollo que incluya estrategias de afrontamiento y competencias para su bienestar emocional.
Escribía Annemarie Roeper: «Las emociones son el alma y el corazón de la superdotación. Cuando miramos a los ojos de niños y adultos superdotados vemos sus almas. Recibimos su mensaje. La superdotación existe en el corazón y en el alma. Es principalmente en el área de las emociones en donde los superdotados se diferencian más de los demás. Las necesidades emocionales de los superdotados surgen de su mayor conciencia cognitiva que se traduce luego en una profunda sensibilidad. Entienden desde el principio cuánto duele una herida y aprenden a evitarla teniendo extremo cuidado».
Identificar las Altas Capacidades es también una forma de aproximación a su comprensión, como ya hiciéramos en la primera entrada de desarrollo de esta sección de nuestro blog.
Pero respondamos en este punto a la siguiente pregunta: ¿por qué es importante interrogarnos sobre qué indicadores denotan la posibilidad de encontrarnos ante un niño/a o adolescente con Altas Capacidades?
Porque identificar unas determinadas necesidades para el acompañamiento educativo desde las educaciones formal y no planificada (informal) implica poder actuar desde la comprensión de una de las formas en las que se manifiesta la diversidad como son las Altas Capacidades.
Porque estas necesidades son tan necesidades como las de cualquier otra forma en la que se exprese lo que comúnmente se entiende como diversidad.
Porque es importante visibilizar a aquellos niños, niñas y adolescentes con Altas Capacidades para que el sistema educativo y la sociedad en su conjunto tengan en cuenta su bienestar emocional de la misma forma en que es de una extraordinaria importancia tenerlo en cuenta para cada persona y para cada colectivo.
Porque las cifras de fracaso y abandono escolar, también para el caso de las Altas Capacidades, avergonzarían a cualquier sistema educativo.
Porque este fracaso y abandono escolar se produce sin la más remota sospecha de que nos encontramos ante un alumnado con extraordinarias potencialidades.
Porque el sistema educativo podría nutrirse de muchas reflexiones que parten desde las Altas Capacidades en relación a la calidad de los procesos que tienen lugar en sus entrañas y que serían decisivos en eso que permanentemente damos en llamar la «calidad del sistema educativo».
Porque niños/as y jóvenes con Altas Capacidades no deben ser algún día adultos que se encuentren a sí mismos perdidos en medio de una biografía que podrían estar empezando a comprender en muchos aspectos.
Porque estamos hablando de malestar emocional y sufrimiento de personas y sus familias.
Porque estamos hablando de la salud emocional de las personas.
Porque la Altas Capacidades constituyen un potencial que la sociedad pierde para que pueda revertir en sí misma.
Porque los adultos con Altas Capacidades deben tomar consciencia de sí mismos y de su vida para seguir viviendo la vida que tienen que vivir con el mayor bienestar emocional que sean capaces de construir.
Veamos cómo algunas características de niños, niñas y adolescentes con Altas Capacidades pueden explicarse desde la mayor conectividad en lo que se denomina la red de modo predeterminado o DMN (Gómez-León, 2020).
La DMN es un sistema de áreas cerebrales conectadas que muestran una mayor actividad cuando una persona no se centra en lo que está sucediendo a su alrededor. La DMN es especialmente activa, cuando uno se involucra en actividades introspectivas como soñar despierto, de manera divergente, lo que nos acerca a la esfera de la creatividad en un sentido amplio.
La red de modo predeterminado también está activa cuando una persona está enfocada en alguna tarea mental. Pero es un estado de reposo, cuando una persona no está ocupada en ninguna tarea mental rigurosa, orientada externamente, cuando la mente cambia predominantemente a modo predeterminado.
Pues bien, las neurociencias ponen de manifiesto que los cerebros con Altas Capacidades tienen una mayor conectividad dentro de la DMN, lo que puede contribuir a su capacidad para generar ideas y soluciones novedosas, pero también puede ser un factor de dificultad por el que las personas superdotadas sean más vulnerables a tener crisis emocionales o de sentido recurrentes en su vida. Y la adolescencia es una etapa crítica al respecto.
Los sujetos con Altas Capacidades también muestran diferencias en el procesamiento de la información sensorial. Pueden tener una mayor sensibilidad a estímulos sensoriales, como el sonido, la luz o el tacto, lo que puede resultar abrumador o causar distracción en ciertos entornos y probablemente expresar una mayor capacidad para seleccionar las informaciones relevantes y enfocarse en lo que es importante en entornos desordenados o en los que es preciso construir patrones compresivos desde la capacidad de abstracción.
Otra área de diferencia es la forma en que las personas que se sitúan en ese extremo de la curva de Gauss procesan la información emocional. Pueden ser más sensibles a las señales emocionales y tener una mayor capacidad para reconocer y regular sus propias emociones como adultos. Esto puede estar relacionado con el aumento de la conectividad entre la corteza prefrontal y la amígdala, una región cerebral que desempeña un papel clave en el procesamiento emocional como vimos en la entrada «Neurociencia de las Altas Capacidades (ii)».
Por otro lado, los niños, niñas, adolescentes y adultos jóvenes pueden sentirse abrumados por sus emociones intensas, ya que sus cerebros y sistemas nerviosos altamente sensibles no están completamente desarrollados. Esa amplificación emocional con la experimentan el mundo les confiere una percepción subjetiva de su forma de ser y estar que frecuentemente desborda a los otros y de la que es extraordinariamente trascendente tomar consciencia. Pero volveremos a ello más adelante.
Los niños pequeños, además, suelen carecer del lenguaje necesario para expresar verbalmente lo que están experimentando emocionalmente. Muchos sujetos con Altas Capacidades procesan la información emocional antes que la cognitiva, lo que puede dar lugar a una intensa atracción hacia sus intereses, resistencia fuerte hacia tareas que no son deseables para ellos y fatiga emocional.
Por todo ello, niños, niñas y jóvenes con Altas Capacidades necesitan un acompañamiento educativo paciente y comprensivo para construir estrategias de afrontamiento de vida y transitar con el mayor equilibrio posible sus distintas etapas de desarrollo.
Gómez-León, M.I. [María Isabel]. (2020). Psicobiología de la alta capacidad intelectual y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad. Diagnóstico diferencial. Psiquiatría Biológica, Volumen 27, Issue 3, September–December 2020, Pages 96-104. https://doi.org/10.1016/j.psiq.2020.06.003
Las características referidas en «2. Neurociencia de las Altas Capacidades (i)» no siempre implican una propiedad provechosa y llevan consigo sus propios desafíos.
Los sujetos con Altas Capacidades pueden desarrollar capacidades extraordinarias en aspectos como la resolución de problemas o la creatividad, aunque también pueden desplegar un desarrollo que plantee sus propias singularidades y necesidades en áreas como el procesamiento sensorial y el desarrollo socioemocional.
Si las capacidades de todas las personas son, como hemos señalado, potencialidades en desarrollo, comprender el origen de estas singularidades relativas a las Altas Capacidades puede contribuir a proporcionar el apoyo y los recursos adecuados para comprenderlas en su complejidad y proporcionar los apoyos necesarios para que puedan expresarse plenamente y mediante un desarrollo en equilibrio.
Por ejemplo, una de las singularidades más notables que se han encontrado mediante las técnicas de neuroimagen es la mayor activación y eficiencia en la corteza prefrontal, el área del cerebro responsable de las funciones ejecutivas, como la atención, la planificación, la toma de decisiones y la memoria de trabajo. Sin embargo, simultáneamente, la investigación demuestra que los sujetos con Altas Capacidades pueden presentar dificultades para planificar el futuro, gestionar el tiempo o comenzar una tarea cotidiana.
Todo ello podría comprenderse desde las diferencias observadas entre los cerebros de algunos niños superdotados en comparación con sus pares típicos. Los cerebros de los niños normotípicos comienzan a podarse aproximadamente a los 9 años de edad.
La poda sináptica es una suerte de reajuste en el número de neuronas de determinadas áreas y las rutas neuronales, de modo que se van eliminando aquellas conexiones que no se utilizan, a la vez que refuerzan las que son útiles para la supervivencia y la adaptación y se optimiza la eficiencia de la comunicación neuronal. La poda sináptica esde enorme importancia en el desarrollo cerebral y de no llevarse a cabo esta selección habría un exceso de conexiones cerebrales que conllevaría un subdesarrollo cerebral ocasionado por la imposibilidad del cerebro de madurar completamente, así como a posibles trastornos neurológicos que desde edades tempranas debido al exceso de conexiones neuronales innecesarias (D., Simkin, 2006).
Numerosos estudios indican que si bien esto es cierto que se produce una gran poda neuronal en muchas regiones del cerebro, no ocurre lo mismo en todas. Por ejemplo, en la corteza prefrontal se siguen creando sinapsis neuronales en la preadolescencia (11-12 años) para luego disminuir y consolidarse en un proceso que se dilata hasta pasados los 20 años.
Además gracias al desarrollo del lóbulo prefrontal durante la adolescencia, se mejoran las conexiones con algunas otras estructuras ya desarrolladas durante los primeros años de vida, como la amigdala, lo cual hará que muchas de las reacciones automáticas pasen a estar mejor controladas, disminuyendo progresivamente la impulsividad propia de los primeros años de la pubertad.
Con todo ello, los cerebros promedio son más selectivos en cuanto a la nueva información que retienen, lo que permite que se comiencen a desarrollar algunas funciones ejecutivas de nivel superior, como la planificación, la iniciación de tareas y la regulación de la conducta.
En el caso de algunos niños y niñas con Altas Capacidades sus cerebros no inician este proceso hasta su adolescencia temprana. Esto significa que sus cerebros absorben y retienen rápidamente más información durante un período de tiempo más prolongado que la media, lo que conduce a una más rápida y mayor disponibilidad de recursos cognitivos, a costa de un desarrollo retrasado de las habilidades de funcionamiento ejecutivo.
Pretendemos aproximarnos al soporte neurológico desde el que funciona el cerebro de las personas con Altas Capacidades con objeto de entender su desarrollo y desempeño en diferentes contexto de funcionamiento y deducir desde ahí la importancia de una mirada hacia la diversidad que representan y a un modelo comprensivo bio-psico-social tal y como apuntábamos desde la definición con la que terminábamos la entrada anterior «Una aproximación a las Altas Capacidades».
El cerebro de las personas con Altas Capacidades presenta singularidades anatómicas y funcionales, tales que la arquitectura e interconexión de las neuronas, densidad y distribución del tejido neuronal.
Veamos algunas de estas características típicas siguiendo a Tetreault, Haase y Duncan (2016):
● La densidad de la sustancia blanca es mayor que en la población normotípica, lo que afecta al funcionamiento neurológico en lo que refiere a: ○ La conexión entre hemisferios cerebrales; ○ Una mayor velocidad de procesamiento; ○ El colapso de información que puede hacer más lenta la respuesta en determinados situaciones y solucionar los problemas de forma cualitativamente diferente.
● La mayor cantidad de sustancia gris justificaría la mayor habilidad para la toma la decisiones y la sobre-excitabilidad sensorial: ○ Lóbulos frontales (toma de decisiones complejas); ○ Lóbulos temporales (procesamiento auditivo e interpretación del lenguaje); ○ Lóbulos parietales (sensaciones de gusto, temperatura, tacto); ○ Lóbulos occipitales (información visual).
Estos autores sugieren que el cerebro con una alta dotación posee una mayor arborización dendrítica (conjunto de dendritas que surgen de una neurona), más axones mielinizados (que permite que los impulsos eléctricos se transmitan de manera rápida y eficiente a lo largo de las neuronas) y mayor cantidad de sinapsis (especialmente en los lóbulos frontales a una edad más temprana de lo habitual).
Con todo ello:
● La eficiencia neuronal, medida en medido en menor consumo de glucosa, es mayor. ● La respuesta al sonido y otros estímulos sensoriales es más intensa en amplitud y duración. Esta experiencia sensorial puede ser placentera o puede ser molesta o dolorosa. ● El procesamiento emocional se percibe con una mayor amplificación. La conectividad del córtex cingulado anterior y el córtex frontal explicarían la actividad intelectual y el distinto uso de la información emocional que permeabiliza toda la función cognitiva.
Esta permeabilidad estaría detrás de la amplificación o intensidad emocional, incluyendo la relación con la ansiedad o con la posibilidad de manifestación de diferentes estados anímicos de manera recurrente. Del mismo modo cuando el nivel de reto cognitivo es adecuado se produce un efecto significativo en el estado emocional.
El funcionamiento del cerebro de las personas con Altas Capacidades se acelera con el nivel de reto. Un número mayor de tractos de materia blanca [haces de millones de axones densamente empaquetados] conectan las regiones frontales con los ganglios basales [centro de recompensa y toma de decisiones] y las regiones parietales [razonamiento fluido, memoria de trabajo y creatividad].
Del mismo modo presenta una mayor plasticidad cerebral. Con todo ello, debemos considerar que las Altas Capacidades presentan particularidades complejas que no se pueden reducir a ningún aspecto neurológico único.
Tetreault, N. [Nicole], Haase, J. [Joanna] y Duncan [Sharon] . (2016). The Gifted Brain. https://gro-gifted.org/portfolio-items/the-gifted-brain/