Contexto territorial compartido: Sobrarbe y Altos Pirineos ante el reto demográfico.

El proyecto ECO parte de una realidad territorial compleja y desafiante compartida por dos regiones de montaña: la Comarca de Sobrarbe, en Aragón (España), y el Departamento de Altos Pirineos, en la región de Occitania (Francia). Ambos territorios se enfrentan a un problema estructural que compromete seriamente su sostenibilidad demográfica y su capacidad para ofrecer a la juventud un futuro arraigado: la combinación de despoblación, dispersión geográfica, envejecimiento poblacional y falta de oportunidades. Sin embargo, ambos comparten también un valor incalculable: un fuerte capital natural, social y cultural, con un potencial aún no plenamente movilizado para garantizar el bienestar y la permanencia de las personas jóvenes en sus comunidades. 

En el caso de Sobrarbe, nos encontramos ante una de las comarcas con menor densidad de población de Aragón y de toda España, con apenas 3,5 habitantes por kilómetro cuadrado (Ayuda & Pinilla, 2009). Se trata de un territorio de alta montaña con 19 municipios y más de 150 núcleos de población, muchos de ellos con menos de 50 habitantes y algunos, incluso, completamente deshabitados (Moreno Palacín & Postigo, 2015). Este despoblamiento no es un fenómeno reciente: se remonta a finales del siglo XIX y se agudizó durante el siglo XX como resultado de la emigración hacia zonas industriales, el abandono de las formas de vida tradicionales, y la falta de inversiones estructurales que garantizaran un desarrollo económico equilibrado entre lo urbano y lo rural. 

A pesar de que en los últimos años se han producido tímidos procesos de reocupación de algunos núcleos, alentados por proyectos de turismo rural, retorno de población joven o iniciativas de recuperación del patrimonio, el saldo migratorio sigue siendo negativo y la pirámide demográfica está claramente envejecida. Las dificultades para acceder a servicios básicos como transporte público, atención sanitaria especializada o conectividad digital de calidad limitan de forma significativa las oportunidades de desarrollo personal y profesional de la población joven. En muchos núcleos del Sobrarbe apenas residen entre 3 y 5 jóvenes de entre 14 y 18 años, lo que contribuye al aislamiento social y a una débil estructuración de referentes comunitarios juveniles. 

En paralelo, el Departamento de Altos Pirineos presenta un panorama demográfico algo más equilibrado a nivel departamental, pero no exento de riesgos. Si bien su población total ha crecido levemente en los últimos años (+0,2 %), este aumento se debe fundamentalmente al saldo migratorio positivo y no a la natalidad (Insee, 2023). De hecho, el saldo vegetativo sigue siendo negativo, y la edad media de la población ha superado ya los 45 años, una cifra que refleja un acusado envejecimiento demográfico. En las zonas rurales del departamento, que representan una parte sustancial del territorio, la situación es más alarmante: se estima que solo un 10 % de la población menor de 18 años reside en estas áreas, en las que el éxodo juvenil hacia centros universitarios o polos económicos del sur francés es la norma. Esta dinámica ha provocado un notable déficit de población activa (20-45 años) y un aumento relativo de personas mayores, especialmente en comunas de montaña. 

Tanto en Sobrarbe como en Altos Pirineos, el paisaje compartido es el de una juventud que, en su mayoría, abandona los territorios para continuar sus estudios o acceder a empleo cualificado, lo que genera un vacío generacional difícil de compensar. No obstante, una parte de esta juventud mantiene vínculos activos con sus pueblos de

origen, regresando los fines de semana o en periodos estivales para participar en la vida comunitaria, colaborar en negocios familiares o disfrutar de entornos naturales que valoran profundamente. Esta tensión entre el deseo de permanencia y la necesidad de migrar es un eje clave del trabajo del proyecto ECO. 

Además de los desafíos demográficos, la dispersión geográfica supone una barrera concreta para el acceso a servicios públicos, formación específica y actividades culturales. La movilidad entre núcleos es limitada, lo que reduce el contacto entre jóvenes de diferentes municipios y restringe las posibilidades de organización colectiva, participación y ocio compartido. En ambos territorios, el asociacionismo juvenil es débil y los Consejos de Infancia y Juventud tienen escasa implantación o participación efectiva. Esta situación agrava la sensación de desconexión y de escasa influencia de la juventud en las decisiones que afectan a su territorio. 

A pesar de este diagnóstico, los dos territorios ofrecen también un marco de oportunidades para el arraigo juvenil, especialmente si se crean las condiciones adecuadas para que los jóvenes puedan desarrollar proyectos de vida viables, creativos y conectados con su entorno. Ambos territorios poseen un rico patrimonio natural y cultural, con una fuerte identidad local que puede actuar como elemento dinamizador del sentido de pertenencia y de la implicación comunitaria. El paisaje, la tradición oral, la gastronomía, los saberes locales o las experiencias de cooperación entre generaciones constituyen recursos esenciales para repensar el desarrollo rural desde una lógica de sostenibilidad y bienestar integral.

Jóvenes, bienestar y arraigo en territorios rurales en riesgo de despoblación

El medio rural europeo se enfrenta desde hace décadas a un fenómeno persistente de despoblación, agravado por el envejecimiento de la población, la concentración de servicios en áreas urbanas y la marcha constante de personas jóvenes en busca de oportunidades educativas, laborales o culturales. En este contexto, el proyecto ECO nace con una vocación clara: contribuir al arraigo y al bienestar integral de la juventud rural, especialmente en territorios con grandes dificultades estructurales como la Comarca de Sobrarbe (Aragón, España) y el Departamento de Altos Pirineos (Occitania, Francia). 

Ambos territorios comparten una baja densidad de población, una gran dispersión geográfica y una limitada oferta de servicios públicos y recursos específicos para jóvenes. Sin embargo, también son espacios con un fuerte valor patrimonial, una gran riqueza natural y cultural, y una creciente voluntad por parte de los propios jóvenes de encontrar vías para «quedarse» o «volver» a sus pueblos. 

Desde ECO entendemos que el arraigo no es solo una cuestión de lugar, sino de sentido: se arraiga quien encuentra en su territorio las condiciones y oportunidades para construir un proyecto de vida digno, participativo y conectado con su comunidad. Por eso hablamos de un enfoque integral del bienestar, que no se limita a lo económico o lo asistencial, sino que abarca dimensiones emocionales, sociales, culturales, ambientales y ocupacionales. 

Este informe de investigación inicial tiene como objetivo ofrecer una mirada actualizada y contextualizada sobre la realidad de la juventud rural en los territorios implicados. A partir de un análisis conjunto de datos demográficos, acceso a servicios, oportunidades educativas y culturales, espacios de participación, y voces recogidas a través de trabajo de campo, se busca comprender los factores que favorecen o dificultan el arraigo juvenil, y proporcionar una base sólida para diseñar acciones transformadoras en el marco del proyecto. 

Porque si queremos que haya futuro en el medio rural, tenemos que escuchar, comprender y acompañar a quienes deben habitarlo en ese futuro: las y los jóvenes.

La importancia de trabajar con la juventud rural

Algunas notas del coloquio «TRABAJAR CON LA JUVENTUD RURAL» Montreuil (Francia), 26 de noviembre de 2024 

El pasado 26 de noviembre tuvo lugar en Montreuil (Francia) el coloquio «Trabajar con la juventud rural», organizado por el Instituto Nacional de la Juventud y de la Educación Popular (INJEP). El encuentro reunió a investigadoras, profesionales del desarrollo rural y responsables de proyectos innovadores enfocados en mejorar la vida de las personas jóvenes en territorios rurales. Compartimos algunas ideas clave que resonaron especialmente con el enfoque del proyecto ECO. 

Perspectivas teóricas: la ruralidad como realidad y como imaginario 

Mélanie Gambino, geógrafa de la Universidad de Toulouse, abordó el concepto de ruralidad, diferenciándolo del “campo” como realidad física. En su intervención se subrayó cómo el medio rural puede representar, a la vez, una trampa, un refugio, un capital emocional (vínculos familiares y de amistad) y también un espacio para desarrollar proyectos de vida. Contrariamente a lo que suele creerse, las personas jóvenes del medio rural son en muchos casos las primeras en abandonar el hogar familiar. Su lema podría ser: “Hacer con”, una expresión recurrente en los estudios cualitativos. También se destacó la importancia de la vivienda en lo rural, donde existe una alta tasa de insalubridad, sumada a la precariedad laboral. 

La mirada de género y las falsas ideas sobre la vida rural 

Yaëlle Amsellem-Mainguy, autora de Les filles du coin, introdujo la perspectiva de género en el análisis de la juventud rural. Aclaró que vivir en lo rural no implica necesariamente trabajar en agricultura: sólo un 4 % de la población lo hace, aunque 1 de cada 3 franceses vive en áreas rurales. La movilidad —condicionada por el turismo o la estacionalidad— es percibida como una injusticia. Además, el mito de la solidaridad rural se pone en entredicho: los estilos de vida son crecientemente individualistas, aunque se detecta una mayor participación juvenil en voluntariado rural frente al urbano. 

Proyectos inspiradores para actuar con la juventud rural 

Durante el coloquio se presentaron varios proyectos innovadores que comparten principios fundamentales con el proyecto ECO. Destacamos algunos: 

Rumbo a la salud: una unidad móvil de salud mental recorre zonas rurales con servicios confidenciales y gratuitos ofrecidos por profesionales, además de realizar talleres de sensibilización en escuelas. 

Mobicoloc: solución habitacional para jóvenes mediante sub-colocaciones que fomentan la mezcla social y la accesibilidad económica en zonas rurales. 

AJIR: incubadora de iniciativas que acompaña a jóvenes en sus proyectos personales y profesionales, promoviendo la participación juvenil en la gobernanza local. 

Vivir y trabajar en el territorio: acciones estratégicas para fomentar el arraigo juvenil, como visitas a empresas locales, bases de datos sobre empleo, guías orientativas y préstamos para creación de negocios. 

Yo camino, tú caminas, caminamos en Gatine: proyecto que escucha a la

juventud, refuerza su autoestima y les acompaña en la creación de una cooperativa juvenil de servicios. 

El Paralelo: espacio cultural de encuentro y participación autogestionado por jóvenes, donde cada persona define su nivel de implicación. 

Algunas conclusiones compartidas 

No hay una sola juventud rural, sino muchas formas de ser joven en lo rural. 

La juventud rural enfrenta retos similares a los de los barrios urbanos más vulnerables, como el acceso a vivienda y la movilidad. 

El compromiso juvenil requiere espacios reales de participación, lo cual choca en ocasiones con el poder local o con prejuicios hacia la juventud. 

No todos los jóvenes quieren trabajar en los sectores tradicionales del territorio, por lo que conviene abrir nuevas perspectivas profesionales y vitales. 

Referencias y próximos pasos 

Entre las referencias destacadas estuvieron la obra Les gars du coin de Nicolas Renahy y la encuesta La Fracture de Frédéric Dabi y Stewart Chau. Se mencionó también el MRJC (Movimiento Rural de Juventud Cristiana), como potencial socio de contacto en Bruselas. Además, se planteó una futura reunión con estudiantes de la investigadora Evelyne Barthou (Universidad de Pau) para analizar datos recogidos en cuestionarios a jóvenes.

¿Por qué ECO?

Una respuesta necesaria para el futuro del medio rural.

“El futuro del medio rural pasa por apoyar las iniciativas concretas de los sectores que están orientados a los jóvenes y a las mujeres, de todos aquellos que se quieren quedar en el territorio” — afirmaba Pilar González Fidalgo durante unas Jornadas de la Red Rural Nacional y la FEMP. 

Esa idea, tan clara como contundente, resume una de las principales motivaciones del proyecto ECO: si queremos que los pueblos sigan vivos, necesitamos escuchar a quienes quieren quedarse y construir su vida en ellos. 

Con el territorio, desde el territorio 

ECO parte de una convicción: no se puede transformar el medio rural sin contar con quienes lo habitan. Como señala Isabel Gimeno, se trata de “venir al territorio con el territorio”, entendiendo las inquietudes, escuchando las voces jóvenes y adaptando los proyectos a realidades diversas. 

En este caso, las realidades son contundentes: dispersión poblacional, baja densidad de población juvenil, falta de oportunidades, dificultad de acceso a servicios, y un saldo migratorio que sigue siendo negativo. Aunque ha habido procesos de repoblación, no han sido suficientes para revertir la tendencia estructural de despoblación en zonas como Sobrarbe o los Altos Pirineos. 

¿Por qué centrarse en la juventud? 

Porque la juventud rural no es solo el futuro: es el presente activo y transformador de nuestros pueblos. Las políticas de desarrollo rural que no colocan a los jóvenes en el centro están condenadas a perder una pieza clave del rompecabezas. Así lo advertía el INJUVE en su informe “Juventud rural y desarrollo” (2018): los proyectos que apuestan por la juventud son esenciales para la regeneración económica, social y cultural de los territorios rurales. 

ECO responde a ese desafío con una propuesta integral que cumple los principales criterios de calidad definidos para proyectos con impacto real en la juventud: 

Innovación social y metodológica. 

Mejora directa de la calidad de vida y del bienestar integral de los/as jóvenes. Participación activa de la juventud como agente de cambio. 

Sostenibilidad y continuidad más allá de la duración del proyecto. Enfoque transformador a medio y largo plazo. 

Lo que ECO ofrece 

ECO proporcionará a las personas jóvenes que participan: 

• Competencias emocionales, sociales y ocupacionales para desenvolverse en su entorno. 

• Herramientas para una participación activa en la comunidad. 

• Oportunidades de aprendizaje vivencial, de conexión con la identidad local y de exploración de su futuro personal y profesional sin necesidad de abandonar su territorio.

• Espacios de encuentro transfronterizo, que permitirán ampliar horizontes, compartir experiencias y generar redes europeas de juventud rural. 

Construir Europa desde lo local 

Uno de los elementos más potentes de ECO es su carácter transfronterizo. En un contexto como el de los Pirineos, donde las dificultades geográficas y demográficas se suman a la división administrativa entre países, la cooperación entre territorios es más que una oportunidad: es una necesidad estratégica. 

Como señalaba José Manuel Charro en 2022, la cooperación transfronteriza puede convertirse en un motor para reducir los desequilibrios territoriales, sociales y económicos. En este sentido, ECO también es una apuesta por la construcción de una Europa más cohesionada, más próxima y más rural

En resumen, ECO nace de la escucha, se construye desde el territorio y mira hacia el futuro con esperanza y compromiso. Porque el medio rural no está vacío: está lleno de posibilidades. Y la juventud es una de sus más valiosas semillas.

Presentación del proyecto ECO

El proyecto E+ ECO 

Nos alegra dar comienzo a este espacio digital con el que acompañaremos el recorrido que viene teniendo el proyecto Europeo E+ ECO, un proyecto ilusionante y necesario que busca dar voz y protagonismo a los y las jóvenes que viven en territorios rurales marcados por la dispersión poblacional y el riesgo de despoblación. 

ECO es un proyecto financiado por el Instituto de la Juventud (INJUVE) en el marco de los programas Erasmus+ de la Unión Europea, y surge del compromiso de varias entidades de ambos lados del Pirineo para abordar de forma conjunta una realidad compartida: la pérdida de población joven en las zonas rurales

¿Qué es ECO? 

ECO es el acrónimo de “Desarrollo de estrategias transfronterizas favorecedoras del arraigo y bienestar integral de los jóvenes en territorios rurales”. Nace con la voluntad de actuar en dos zonas profundamente afectadas por la despoblación: la Comarca de Sobrarbe (Aragón, España) y el Departamento de Altos Pirineos (Francia), territorios con baja densidad demográfica, envejecimiento progresivo y un éxodo juvenil constante. 

Ambas regiones comparten retos similares: falta de oportunidades educativas y laborales, escasa oferta cultural y de ocio, dificultades de transporte, y una débil conexión intergeneracional. ECO quiere ser parte de la solución. 

¿Qué buscamos? 

El proyecto ECO se plantea cinco grandes objetivos: 

1. Favorecer el arraigo juvenil, haciendo que las personas jóvenes se sientan parte activa del desarrollo de sus pueblos. 

2. Promover su bienestar integral, atendiendo sus necesidades emocionales, educativas, culturales y sociales. 

3. Fomentar la participación juvenil, tanto individual como colectiva, en la vida comunitaria. 

4. Impulsar el intercambio intergeneracional y la transmisión cultural, recuperando la tradición oral, los saberes locales y el patrimonio natural. 

5. Construir una red transfronteriza sólida y duradera, que siga trabajando por estos fines más allá de la duración del proyecto. 

¿A quién va dirigido? 

ECO está pensado especialmente para jóvenes de entre 15 y 18 años que viven en el medio rural. Pero también se dirige a quienes acompañan su desarrollo: 

Agentes socioeducativos que trabajan con juventud. 

Entidades locales y responsables públicos con competencias en estos territorios. • Asociaciones rurales y organizaciones que dinamizan la vida comunitaria. • Familias que acompañan e impulsan los procesos de bienestar y arraigo. 

• Y, en general, a toda la comunidad, como parte esencial de cualquier proceso de transformación. 

¿Por qué ECO? 

Porque creemos que el arraigo no se impone: se cultiva. Y para que una persona joven decida quedarse o volver a su pueblo, necesita sentirse valorada, conectada y parte del proyecto

colectivo. ECO apuesta por tejer redes entre generaciones, culturas, pueblos y personas, para que el medio rural sea un lugar donde merezca la pena crecer, vivir y construir futuro. 

Este blog será una ventana abierta a las actividades, ideas, aprendizajes y experiencias que se generen a lo largo del proyecto. Queremos que sea también un punto de encuentro, reflexión y participación. Si vives o trabajas en un entorno rural, este espacio también es tuyo. 

Bienvenidas y bienvenidos a ECO. Un proyecto con raíz, voz joven y horizonte compartido.