Escribía Annemarie Roeper: «Las emociones son el alma y el corazón de la superdotación. Cuando miramos a los ojos de niños y adultos superdotados vemos sus almas. Recibimos su mensaje. La superdotación existe en el corazón y en el alma. Es principalmente en el área de las emociones en donde los superdotados se diferencian más de los demás. Las necesidades emocionales de los superdotados surgen de su mayor conciencia cognitiva que se traduce luego en una profunda sensibilidad. Entienden desde el principio cuánto duele una herida y aprenden a evitarla teniendo extremo cuidado».
Identificar las Altas Capacidades es también una forma de aproximación a su comprensión, como ya hiciéramos en la primera entrada de desarrollo de esta sección de nuestro blog.
Pero respondamos en este punto a la siguiente pregunta: ¿por qué es importante interrogarnos sobre qué indicadores denotan la posibilidad de encontrarnos ante un niño/a o adolescente con Altas Capacidades?
Porque identificar unas determinadas necesidades para el acompañamiento educativo desde las educaciones formal y no planificada (informal) implica poder actuar desde la comprensión de una de las formas en las que se manifiesta la diversidad como son las Altas Capacidades.
Porque estas necesidades son tan necesidades como las de cualquier otra forma en la que se exprese lo que comúnmente se entiende como diversidad.
Porque es importante visibilizar a aquellos niños, niñas y adolescentes con Altas Capacidades para que el sistema educativo y la sociedad en su conjunto tengan en cuenta su bienestar emocional de la misma forma en que es de una extraordinaria importancia tenerlo en cuenta para cada persona y para cada colectivo.
Porque las cifras de fracaso y abandono escolar, también para el caso de las Altas Capacidades, avergonzarían a cualquier sistema educativo.
Porque este fracaso y abandono escolar se produce sin la más remota sospecha de que nos encontramos ante un alumnado con extraordinarias potencialidades.
Porque el sistema educativo podría nutrirse de muchas reflexiones que parten desde las Altas Capacidades en relación a la calidad de los procesos que tienen lugar en sus entrañas y que serían decisivos en eso que permanentemente damos en llamar la «calidad del sistema educativo».
Porque niños/as y jóvenes con Altas Capacidades no deben ser algún día adultos que se encuentren a sí mismos perdidos en medio de una biografía que podrían estar empezando a comprender en muchos aspectos.
Porque estamos hablando de malestar emocional y sufrimiento de personas y sus familias.
Porque estamos hablando de la salud emocional de las personas.
Porque la Altas Capacidades constituyen un potencial que la sociedad pierde para que pueda revertir en sí misma.
Porque los adultos con Altas Capacidades deben tomar consciencia de sí mismos y de su vida para seguir viviendo la vida que tienen que vivir con el mayor bienestar emocional que sean capaces de construir.